Nos remontamos a principios de la década de 1980. La principal industria vital de Suecia aún depende en gran medida de leñadores que trabajan duro, talando un árbol tras otro, motosierra en maño, para alimentar la incesante demanda de una industria manufacturera floreciente basada en aserraderos, papeleras, constructoras y empresas de muebles, tanto dentro como fuera de Suecia. En la superficie, todo luce bien. Sin embargo, hay algo que no encaja. Los leñadores están experimentando problemas de salud. Sufren dolores de cabeza y cansancio crónicos. Además de cosas mucho peores como leucemia, que comienza a afectar a una cantidad totalmente desproporcionada* de trabajadores forestales.
Aquí es donde entra en escena Roland Elmäng. Tiene la experiencia exacta que se requiere para resolver el problema, ya que trabajó en la industria del petróleo y también como experto en combustible para Volvo. Roland recuerda cómo se producía el combustible para jets durante la Segunda Guerra Mundial a través de la alquilación, un proceso especial que implica la recolección de los vapores producidos al refinar crudo. El combustible creado era mucho más puro que otros, y sin muchos de los hidrocarburos nocivos que se encontraban en el petróleo estándar.
Algunas investigaciones* indicaban que esos hidrocarburos podían ser una de las causas de los problemas de los trabajadores forestales.
¿Podría encontrarse la solución en el proceso de alquilación?